viernes, 1 de julio de 2011

Lo mío, mío. Y lo tuyo... nuestro







No me ha quedado a mí un buen sabor de boca. Ante todo quiero decir que me parece muy bonita, idealista y hermanante la letra de "Imagine", lo que pasa es, que con Lennon me ocurre lo mismo que con otros personajes que voy a citar.

Dice Lennon en "Imagine"...Imagína que no hay posesiones
quisiera saber si puedes..(sic)...imagínate a toda la gente
compartiendo el mundo


Eso está muy bien y queda precioso cuando lo dices tocando un piano lacado en blanco, desde un apartamento del Edificio Dakota de N.Y. y tienes un palacio en Inglaterra y 5 casas de Lujo más. Conduces un Rolls-Royce y viajas por todo el mundo.

Para mí, esas palabras comienzan a tener interés cuando las dice un tal Vicente Ferrer, que se dedica a hacer el bien entre los desposeídos y que se ha jugado la vida y la hacienda por los demás. Eso me conmueve y me hace ver lo poco solidario que soy y lo mucho que se puede hacer sin pedir nada a cambio.

Cuando le dan un Premio Nobel de la Paz a Al Gore por su cruzada contra el Cambio Climático, mis neuronas se rebelan y me crean una molestia, parecida a cuando metes los dedos en un enchufe.

Un tipo que vive en una casa de 36 habitaciones, con 20 cuartos de baño, con una factura eléctrica mayor que la de 20 viviendas normales.. pregonando que hay que ahorrar recursos. ¡Manda huevos!
Y si luego visionas el video que hay más atrás, -en éste blog-, sobre las mentiras del Cambio Climático, se te queda la cara a cuadros.

Aunque más gorda fue aquella de darle el Nobel de la Paz a Obama a los 6 meses de estar en el cargo. Jajajajajaajaja.
Al Presidente del país que más armas crea y vende, le damos el Nobel de la Paz.

Nosotros, en España, tampoco nos quedamos cortos; no.

Los partidos políticos, que controlaban en sus Consejos de Administración las Cajas de Ahorro, las han dejado quebradas.
Ahora, las convierten en Bancos. Las anteriores responsabilidades se han ido en un silbido.
CajaMadrid, que debe... hasta de callarse, forma Bankia y lo primero que hacen sus directivos es, ponerse un sueldo de 10 millones de Euros, al año.
Hay meses que no los gano yo.

Arruinan las Cajas, las hacen desaparecer, jubilan a miles a cuenta de todos... pero ellos siguen teniendo un trabajo "digno" y bien remunerado.

Veremos también cómo sale la SGAE de ese fangal en el que parece estar metida. Me parece que no va a tener muchos defensores entre la Opinión Pública, porque si hay una empresa que no le cae bien a nadie, -excepto por supuesto a Alejandro Sanz y a Pau Donés-, esa es la SGAE.

Resulta curioso ver a la gente cómo le cambia la ideología cuando lo que se gasta sale de su bolsillo.
Alejandro Sanz, que iba con una guitarra buscándose la vida, con cintas de cassette... que seguro que nunca grabó, no, no. Ahora, en contra de la piratería y del Top Manta.
¿Y Pau Donés? De cantar en las bocas de Metro a desbarrar contra la piratería. Me gustaría saber la música que utilizaba él en Metro. Seguro que tampoco tenía cintas pirateadas.

Pero es lo que toca: Lo mío, mío. Y lo tuyo, nuestro.

Cuentan que hace unos 30 años, en Sevilla, -una de las ciudades más encantadoras de Europa-, había una persona que vivía en la calle y que puso de moda lo que ahora es normal: los aparcacoches callejeros.
Este hombre se ponía en una zona del Centro de la ciudad y te orientaba hacia los sitios libres, haciendo ademanes con una cierta gracia y un cierto arte. Era un tipo simpático, que caía bien y que no molestaba en absoluto.
Una mañana, a uno de esos conductores que se topaban a diario con el aparcacoches, se le ocurrió que le iba a regalar una gorra de visera, para que se protegiese del sol y así lo hizo. Le compró una gorra muy bonita, negra, que ponía: "BOSS".
Cuando fue a aparcar a su zona, vió al personaje y le dijo:
- Toma, te he comprado ésta gorra para que te proteja del sol.
- ¿Y esto de "BOSS", qué significa?
Dijo el nota mosqueado, por si fuera un insulto.
- Eso signifca, en Inglés, "JEFE".
El nota quedó muy contento y le dió las gracias.

Al otro día, al llegar el conductor a su zona de aparcamiento, se dió cuenta de que había una fila de 4 ó 5 coches, parados en la calle. Esperó unos minutos y como no se ponían en marcha e iba a llegar tarde al trabajo, se bajó del coche para ver lo que sucedía.
Se quedó impresionado cuando vió que al principio de la fila estaba el aparcacoches, con su gorra nueva, hablando con dos conductores.
Se acercó más y pudo oir la conversación que mantenían.

El aparcacoches decía:
- Les repito que hay que esperar a que salga éste señor, porque lo digo yo. ¿Vé lo que pone en la gorra? JEFE. Así que no me discuta y se esperen.

El poder de una gorra.