Yo no sé si es que simplemente son gilipollas o en realidad lo hacen adrede para rebajar la masa salarial de parados en el país.
Mira qué sencillo:
* En primer lugar, abres todos los centros de salud del país, mañana y tarde; y previa cita, haces test a toda la ciudadanía.
* Entregas una tarjeta sanitaria, -tipo tarjeta VISA-, con un chip que acumule los resultados de esos test.
* Creas una app, (aplicación), con un código QR, que cualquiera se pueda descargar para leer esas tarjetas desde un simple teléfono móvil.
* Mandas confinados a sus casas a los infectados que no tengan síntomas.
Entonces, tú llegas a una tienda, te leen la tarjeta y saben si estás infectado o no, pero SIN CONOCER tus datos personales. Esa tienda, comercio o transporte público, se ha descargado la aplicación para leer ese código de tu tarjeta.
De esa manera, sabremos:
1. Cuántos estamos infectados.
2. En qué zonas hay más población infectada.
3. Qué personas no representan un peligro.
4. Quiénes pueden trabajar sin peligro para ellos ni para los demás...
y miles de datos más, muy necesarios para acabar con este maremagnum.
Podremos establecer cuarentenas en las zonas más afectadas y tratar a esas personas mucho mejor.
Por supuesto, a esos trabajadores de la Sanidad que tendrán que estar mañana y tarde trabajando, les pagaremos todo ese trabajo, (y bien pagado), en lugar de mandar cientos de millones de euros a China para pagar mascarillas, guantes y demás materiales, que se podrían estar fabricando en España desde hace dos meses y dejando ese trabajo y ese dinero aquí, junto a los test y los respiradores, que estoy más que convencido que serían mejores que los que han comprado a los chinos.
Pero eso lo pensaría alguien que en su vida haya trabajado, haya tenido que buscar soluciones a problemas reales y no políticos de chichinabo, que no han hecho NADA productivo en toda su vida.
Dan asco, vergüenza ajena y producen desesperación. Son improductivos y hasta ahora, sólo nos costaban dinero, (aunque mucho), pero desde hace unos meses nos están costando VIDAS, por su ineptitud, su ineficacia, su prepotencia y su gestión de una crisis que les viene grande. Es posible que la Historia les acabe denominando ASESINOS, por no haber sabido ni querido, dar un paso a un lado cuando tuvieron que hacerlo.
Qué asco, qué pena y qué miedo.