viernes, 11 de diciembre de 2009

Improvisar






Estamos todos compungidos viendo como una mujer valiente se deteriora día a día tras declararse en huelga de hambre.

El caso, grosso modo, es el siguiente:

Aminatou Haidar es una activista en pro de la declaración de un Sáhara libre.
Volvía de EE.UU. de recoger un premio a su dedicación y valentía, contra la violación de los derechos humanos.

Cuando rellenó la tarjeta para entrar a El Aaiún, puso en la casilla de NACIONALIDAD: Saharáui. Por lo visto ya lo había hecho otras veces y nunca pasó nada. Pero en ésta ocasión al funcionario que leyó la tarjeta no le debió de sentar bien y le requisó el pasaporte al mismo tiempo que no le concedía permiso para entrar en territorio "marroquí".

En relación a la reivindicación política, nada tengo que decir, porque sería adentrarme en la década de los 70, cuando la famosa "marcha verde" reforzó al reino de Marruecos y España salió de aquellos territorios.

Pero la forma que tiene el Gobierno éste que nos ha tocado sufrir de llevar las cosas es, cuando menos, patética.

Claro que no sabemos la mitad de las cosas que hacen que actúen así.
Tenemos agarrado con alfileres a Martinsa-Fadesa en el complejo turístico de Saïdia, que como se vaya a la quiebra, el agujero de Martinsa-Fadesa vá a llegar hasta las antípodas. Hablo de inversiones de más de 500 millones de euros.

Tenemos a Repsol "sacando petróleo", literalmente, aparte del gas.

Inditex tiene 3.000 metros cuadrados de superficie comercial y varias fábricas.

Hay cerca de 500 empresas españolas en Marruecos.

Incluso La Caixa abrió una oficina el pasado verano, siendo la primera entidad española en hacerlo.

Y aquí empiezan los miedos.

Mira que si al Rey de Marruecos le tocamos los huevos con lo de Haidar y en represalia empieza a cerrar empresas españolas ... otro lío.

Somos los mejores clientes de los piratas somalíes.
Secuestran a nuestros cooperantes en Mauritania.
Se ríen de nosotros desde Gibraltar.
Y ahora nos echan de Marruecos.

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La solución está muy clara: la Unión Europea debería de hacer fuerza para que a través de la ONU o del "sursum corda", le devuelvan el pasaporte que le han quitado a Haidar ilegalmente, pero está claro que si viaja con pasaporte marroquí, su nacionalidad legal es, marroquí.
Es igual que si un catalán al entrar en EE.UU. en su declaración de nacionalidad pone: Catalán. No pasa. Porque en su pasaporte pone que es español.

Pero ... ¿ Y los caladeros de pesca?. ¿Y los intereses de Francia en Marruecos?.

La Unión Europea no ha abierto la boca, porque sabe que éste gobierno español es débil e inexperto y les puede llevar a un tremendo fracaso.


Y en los tiempos que corren, no está el tema como para cerrarse puertas a los beneficios de Marruecos, -que son copiosos-, debido a la explotación de mano de obra barata y la corrupción de los estamentos oficiales marroquíes.

Con todos estos condicionantes, esperaremos a una de las ideas geniales de Zapatero, -rey de la improvisación y de la mediocridad-, que como siempre, no dejará satisfecho a nadie y roguemos porque la vida de Aminatou Haidar no quede en manos de esa improvisación.



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