miércoles, 21 de julio de 2010

Ocio y Negocio






Ahora que estamos todos imbuídos por el furor patrio que nos ha proporcionado la victoria de nuestra selección de fútbol, cabe reflexionar por aquello de... "cuando las barbas de tu vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar".

Intentaré explicarme.

Somos un país de 46 millones de habitantes, con un índice de natalidad muy bajo y por lo tanto, preocupante.

Las Olimpíadas de Barcelona de 1992 trajeron aparejado un plan del Gobierno de entonces, para intentar hacer un papel digno ante los ojos del mundo.
Se formó un entramado que se dió por llamar Plan ADO, que consiste, (porque sigue vigente), en lo siguiente:

Para paliar los gastos de formación de deportistas de élite, se conceden becas que están pagadas por grandes empresas, las cuales sacan rendimiento a través de la publicidad y de exenciones fiscales. Dejemos aparte otros rendimientos más oscuros.

España consiguió en aquella ocasión, 22 medallas, de las cuales 13 fueron de oro, 7 de plata y 2 de bronce. Sólo superpotencias como Rusia, (llamada en ese momento Estados Unificados), EE.UU., Alemania, (unificada), China y Cuba, consiguieron mejor posición en el medallero. En toda la historia de las Olimpíadas, se habían conseguido 26 medallas. El triunfo fué espectacular.

Todos los que ya tenemos unos años recordamos la carrera de Fermín Cacho en los 1.500 m., el triunfo de la selección de fútbol o el de la selección femenina de hockey hierba. En vela, fuimos los acaparadores, con 4 medallas de oro y 1 de plata.

Estos triunfos hicieron que el deporte subiera muchos puestos en la atención por parte de prensa y demás medios de comunicación.

Hoy en día, el periódico más leído en nuestro país es el diario Marca, con una ventaja sobre el segundo, abismal.

Ahora somos los actuales campeones del mundo de fútbol, de baloncesto, de ciclismo, de motociclismo, en fórmula 1 Alonso ha sido 2 veces campeón y en petanca, que tengan cuidado, porque alguno saldrá.

He gozado como el que más con el triunfo de Iniesta y los suyos y vibro pensando que Alberto Contador siga haciendo rabiar a nuestros vecinos franceses y al antipático L. Armstrong, ganando su tercer Tour de France.

Pero me gustaría hacer una reflexión ante la galopante fuga de profesionales entre nuestros paisanos.

Para que salgan 23 chavales que ganen un campeonato hay 23 mil que no llegan. Y esos ya no tienen ni oficio ni beneficio.
Algunos acaban de comentaristas deportivos, (los menos), mientras que otros, ya llegan tarde al mercado de la Formación Profesional.

Es preciso recordar al lector que el que suscribe ya adelantó éste tema hace unos meses, cuando defendí el sistema americano de la NBA y de la NFL, que obliga a tener los estudios terminados antes de pasar al profesionalismo.
No estoy hablando de calidad, sino de obligación.

Al menos, cuando acabes tu carrera deportiva, tendrás una salida. Aunque hayas sido el último de la clase, tendrás a qué dedicarte.

Escuchar al cada día más apartado por todos, -Zapatero-, lanzar parabienes a la selección de fútbol y poniéndoles de ejemplo, me ha producido una urticaria que todavía sufro.

Y escuchar de boca de un periodista deportivo que "No veas lo que Rajoy sabe de fútbol", me satisface, porque al menos, sabe de algo. De política, poco, porque teniendo a un incompetente y mentiroso enfrente, no sabe cómo quedar por encima ni en las encuestas.

Ahora, todos los niños quieren ser futbolistas y eso es muy loable, pero habría que mirar dónde están todos aquellos que ganaron medallas en el 92 y tomar precauciones para que nuestros futuros medallistas no se tengan que pasar luego su madurez mendigando un puesto de trabajo mediocre para sobrevivir a su bien ganada fama.
Políticas como la de los 420 € no hacen más que dar la razón a quienes pensamos que lo que se necesita es Formación Profesional a partir de los 14/16 años en vez de limosnas a los 40.

No hay mayor deshonra para un padre de familia que no poder alimentar por sí mismo a sus hijos.

La plaga que nos ha traído el actual Gobierno ya no tiene cura y aunque muchos hayamos caído y no tengamos remedio, al menos deberíamos pensar en los que vienen detrás, para que tengan una manera de ganarse las alubias y no tengan que volver a sufrir a nuevos ZP's, De la vega, Pepiños, Pajínes, Rajoys, Gúrteles y demás plagas que tienen a la clase política de éste país a la cola del pelotón de los torpes del mundo-mundial.

Cada día que pasa me convence más aquella frase que escuchaba en tiempos de Franco, que decía que "España es un país de pandereta, de toros y antigüamente, moros".

La pandereta la hemos cambiado por el deporte; los toros estamos a puntito de eliminarlos y los moros... igual es mejor que vuelvan, para que continúen con las obras que dejaron y comiencen otras que nosotros no somos capaces de emprender.


P.D.: Muchas gracias a los que habeis protestado por mi "sequía" bloguera. Javier, te sigo, como siempre. Jesús, me pones las pilas. Katy... un beso. Ana... dos. Y a los otros, pues... un abrazo.

1 comentario:

Jesus dijo...

Ahí te quiero ver, y si quieres, aquí también.
Un abrazo y mucho ánimo
Jesusín