Hoy me han hecho un
"regalito", (por bueno, creo), que creo que merece la pena compartir.
Es una botella de "McKinlay's Highland Malt Whisky". Estas botellas
tienen una historia muy bonita, puesto que proceden de unas encontradas
hace unos
años en la antártida,
pertenecientes a la expdición de Shackleton que fracasó en el intento de
ser los primeros en llegar al polo Sur. Pongo unos enlaces que
explican el proceso. Alguna de las originales se subastaron en Sotheby's
por 500.000 dólares. Esta es una de las réplicas que se hicieron al
examinar el whisky original y recuperar la mezcla. Os puedo asegurar que
es un brebaje inmundo, que te atrapa, te emboba y te hace ver lo
dormidas que han estado tus papilas gustativas hasta el momento de
probar ese líquido.
La
historia continúa, puesto que la persona que me la regaló, me pidió que
le encontrara una botella "buena", porque su padre tenía que hacer un
regalo a alguien que le había hecho un gran favor; como yo soy bebedor
de whisky, me pidió que le comprase lo que yo viera que era un buen
regalo para quedar bien y que no reparase en el precio. Tonto de mí, me
decidí por la botella conmemorativa de la expedición de Shackleton al
polo Sur, aunque ya le dije lo que valía.
Le pareció el regalo
perfecto, la compré para él, me la pagó y ahora, al cabo de una semana,
me invita a cenar y me regala la puñetera botella envuelta en papel de
regalo para que yo no pudiera saber lo que era.
Mi sorpresa ha sido
inmensa al desenvolverlo y encontrarme con esta joya y todavía sigo
"cabreado", porque digo yo que... ¡¡Eso no se le hace a un amigo, coño!!
Me voy a poner otro chupito... ¡¡A mi salud!!... ¡¡Y
a la vuestra!!
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