domingo, 2 de mayo de 2010
Carta abierta a un Presidente de Gobierno
Sr. Presidente:
Le envío la presente como respuesta a su solicitud para encontrar soluciones a los problemas que actualmente preocupan a nuestra sociedad.
En primer lugar me gustaría que entendiera que el hambre, la frustración y la miseria, no entienden de ideologías, por lo tanto, apartémoslas antes de leer ésta carta.
Hablo única y exclusivamente por mí mismo y las palabras que salgan de mis reflexiones no pretendo hacerlas extensivas a nadie que no esté de acuerdo con ellas. Sólo yo me responsabilizo de lo que pienso, aunque estaré encantado de que quien quiera se haga partícipe de ello.
Yo, no quiero que el Estado me regale 400, 500, u 800 euros al mes para paliar mi falta de trabajo. Lo que yo quiero es, que el Estado utilice ese dinero para luchar contra los contratos de trabajo de 6 meses que se prorrogan... y se prorrogan... y se prorrogan... durante años, mientras Estado y Sindicatos miran hacia otro lado.
Quiero que el empresario obtenga pingües beneficios, para que siga creando trabajo y pueda aumentar los sueldos debido al buen rendimiento de su empresa, pero nunca a costa de aplastar a los trabajadores en connivencia con aquellos que en teoría, deberían defenderles.
Yo, no quiero tener que apuntarme en una E.T.T., - Empresa de Trabajo Temporal -, para encontrar un trabajo mal pagado y por el cual la E.T.T. cobra más dinero que yo.
Quiero que el I.N.EM., - Instituo Nacional de Empleo -, cumpla con la función que tiene asignada, que no es otra que aglutinar a los solicitantes de empleo para que las empresas recurran a sus listas en busca de trabajadores.
Yo, no quiero tener que dar la razón a la comisión de la U.E., - Unión Europea -, que dice que España es el tercero por la cola en base al nivel de sus estudiantes.
Quiero que nuestros estudiantes salgan de la Educación Básica sabiendo escribir y leer correctamente, cosa que actualmente no ocurre. Es patético leer a jóvenes de 22 años escribiendo "Hola", sin H y confundiendo el verbo "Haber" con "Ir a Ver".
Quiero que el que valga para estudiar, estudie, aunque haya que subvencionarle los estudios, los libros e incluso la comida, pero los estudiantes mediocres, los que no valen, pueden ser excepcionales albañiles, maravillosos empresarios o buenos barrenderos. No todos valemos para abogado o para médico, pero hay otros oficios, tan dignos como los mencionados que permitirán a nuestros jóvenes crecer con dignidad y autosuficiencia.
Yo, no quiero que el Estado mantenga Sindicatos que no tienen ninguna representatividad entre los trabajadores porque los trabajadores no se afilian al no ver ninguna ventaja.
Quiero que haya Sindicatos que protejan, apoyen, enseñen y defiendan, a sus afiliados.
Sean Sindicatos de izquierdas, de derechas o de centro. Pero que los financien legalmente sus afiliados y que tanto "parado sindical", en vez de estar todo el año sin aparecer por el puesto de trabajo en su empresa, se dedique a una cosa u otra.
Yo, no quiero que la Justicia en mi país sea un coto para ricos ni un compendio de politiqueos y pactos entre Partidos.
Quiero que la Justicia sea moderna,- acorde con los tiempos que corren -, independiente de los Partidos políticos y que sea respetada por su profesionalidad y por el respeto hacia la Sociedad que la mantiene.
Yo, no quiero que haya inmigrantes explotados por no tener los mismos derechos que otra persona y que malvivan trabajando para ganar sueldos abusivos, apoyados por un Gobierno que fomenta la inmigración pero que no sabe regularla.
Quiero que cualquier persona del mundo tenga mis mismos derechos y que pague los mismos impuestos en mi país, para que redunde en bien de la Sociedad en la que vivimos todos. Porque las fronteras sólo son rayas en un mapa y en definitiva todos somos ciudadanos del mundo.
Yo, no quiero que empresas como los bancos puedan campar impunemente por los caminos de la especulación y el abuso y que después sea nuestro Gobierno,- con nuestro dinero -, quien tape sus agujeros.
Quiero que un banco sea tratado como una Fontanería o una Carnicería, porque en definitiva son eso: empresas privadas destinadas a mantener una Cuenta de Resultados.
Yo, no quiero que los medios de comunicación no sean independientes y que aborreguen a la opinión pública bajo consignas de los diferentes Partidos políticos.
Quiero periodistas libres de poder expresar su opinión sin tener que obedecer a "la voz de su amo". Quiero conocer la noticia y poder formarme mi propia opinión sin que me intenten manejar los políticos.
Yo, no quiero que mi país sea el primero, el tercero o el séptimo dentro de la Unión Europea.
Quiero que se haga patente la Unión entre europeos, para beneficiarnos del famoso refrán que bien dice: "La Unión hace la fuerza".
Espero, Sr. Presidente haberle aclarado algo sobre lo que necesitamos algunos de los que durante 30 años hemos estado cotizando a la Seguridad Social, cosa que por lo que tengo entendido, la mayoría de ustedes no han hecho en toda su vida, pero ustedes son lo suficientemente inteligentes como para decir que las jubilaciones se han de aumentar a los 67 años para poder pagar a todos los jubilados en el futuro.
¿No sería mejor que ustedes, políticos y demás no contribuyentes empiecen a llenar el saco del que luego cobran?.
Decían los cátaros, - una rama derivada de los antiguos gnósticos -, que hay que vivir con humildad, respetando a la Naturaleza y limitando las posesiones, para que nuestro espíritu no se vuelva a reencarnar y alcancemos así la verdadera paz espiritual a la que estamos destinados. La reencarnación para ellos era el paso por el purgatorio para nuestro espíritu. Practicaban la igualdad entre los sexos y con la oración pretendían purgar sus defectos terrenales.
Mientras no seamos puros de pensamiento y obra, - según los cátaros -, volveremos a reencarnarnos una y mil veces.
Me imagino a todos esos directores de grandes empresas y políticos que van a misa todos los días, rezan fervientemente y se comen a los Santos pero que después, en sus oficinas, pactan, pisan y destrozan a cualquiera para ganar más dinero. Serán los Reyes de la reencarnación.
Alguno de ellos, - o varios -, seguro que son la reencarnación del espíritu del papa de la época, Inocencio III, que montó incluso una Cruzada para acabar con el pensamiento cátaro. Y lo consiguió.
Gracias por su atención, Sr. Presidente. Seguro que a partir de ahora su Gobierno lo hará mucho mejor, porque para hacerlo peor ya no quedan oportunidades.
¿ O sí ?.
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