lunes, 7 de junio de 2010

EL CUENTO DE LA LECHERA







Érase una vez una Señora que vivía de una triste pensión de viudedad, conseguida por los más de 45 años de trabajo de su marido, aunque el trabajo que ella realizó durante ese tiempo, cuidando de sus hijos y manteniendo su hogar, nunca le fué retribuído.

Pasaba penurias económicas para llegar a fin de mes y cuando le salía algún gasto extra, hacía verdaderos juegos malabares para solucionarlo.

En cierta ocasión, su desvencijado colchón dijo "basta" y tras llegar a la conclusión de que los muelles que sobresalían y que agredían su cuerpo le iban a producir problemas incuestionables, comenzó a plantearse el cambio.

Entonces... ¡Oh, sorpresa!, el Gobierno de su Comunidad lanzó una campaña para promover el consumo y tratar de paliar la crisis de ventas que existía entre los comerciantes.

La idea era la siguiente:

El Gobierno financiaba el 25% de las compras que se hicieran en un período de tiempo y dentro de un límite de cantidad.

La Señora, muy contenta, fué a enterarse y tras confirmar lo publicitado, hizo la compra de su colchón nuevo.

Le entregarían una tarjeta, como las de crédito, en la cual le acumularían ese 25% en forma de "puntos", para que luego pudiera gastarlos como mejor quisiera.

Le advirtieron que dichos puntos estarían operativos en un plazo de entre 8 y 10 días.

Perfecto. No había prisa.

Dicen que las calamidades nunca vienen solas y quiso el destino que a nuestra Señora se le rompiera la lavadora la semana siguiente a realizar la compra de su colchón nuevo.

- Bueno, -pensó-, con los puntos esos y un poco que ponga yo, me compro otra lavadora, porque la que tengo, la pobre, ya cumplió su función.

Esperó a que pasaran los 10 días y tras observar que no acababan de llegar los famosos puntos, se decidió a llamar a las oficinas de Comercio, las cuales, para más INRI, tenían un número 902, -de pago-, en unos tiempos en los cuales, casi todo el mundo tiene tarifa plana, -gratuita-, para llamar a teléfonos provinciales y nacionales.

Desde allí la remitieron a otro número, en éste caso 942, en el cual le explicaron que aunque habían pasado los 10 días, tenían una acumulación enorme de expedientes y que sus puntos se retrasarían aproximadamente... ¡¡ UN MES!!.

- Señora, -le dijeron-, tenga en cuenta que su expediente es un 16.000 y ahora mismo estamos sacando los del número 13.000.

- Pero señorita, ustedes dicen, por escrito, de 8 a 10 días y aunque usted no tenga la culpa, me gustaría saber a dónde me tengo que dirigir para presentar una reclamación. ¿Voy a tener que esperar UN MES para poder comprar una lavadora nueva?.

La señorita de "Información", como no sabía el Código Postal de la oficina en la que trabaja, tuvo que ir a preguntarlo.
Cuando le preguntaron por la dirección de e-mail, tampoco la sabía, pero diligentemente, la preguntó.

Nuestra Señora, aturdida, molesta y desamparada, recordó aquél cuento de su infancia, "El cuento de la lechera", y se sintió la protagonista de dicho cuento.

Eso sí, con el colchón que ella había pagado; sin lavadora; sin puntos; pero con leche... con muy mala leche.

Ahora, con más de 75 años, ya no podía ir al río a lavar, pero le gustaría lavar con lejía la boca de aquellos políticos que incumplen lo que prometen sin que nada ni nadie, les obligue a solucionar lo que destrozan: las ilusiones de la gente.

"El Cuento de la lechera"

http://antologiapoeticamultimedia.blogspot.com/2006/08/el-cuento-de-la-lechera.html





jueves, 3 de junio de 2010

Una Buena Idea








En los tiempos que corren, nos estamos acostumbrando a la falta de ideas y todo lo achacamos a la crisis mundial, agravada con el momento histórico que nos ha tocado vivir en el cual concurren una inmensa mayoría de dirigentes sociales y políticos mediocres y carentes de formación y experiencia para poder aportar soluciones. La frase de Zapatero a la Sra. Salgado: "La crisis se solucionará sola", nos está costando sangre, sudor y miles de parados diarios.

No hablo sólo de lo que nos toca sufrir en España, no. Obama está demostrando que una cosa es querer y otra... poder.

La solución a la crisis se basa en una premisa: Trabajo. Si se crea trabajo, se alimenta el consumo y la rueda continúa girando. Eso es una obviedad.

Si se genera trabajo, se genran aportaciones a la Seguridad Social, el Estado ingresa dinero que puede destinar a hacer obras y se sigue generando trabajo.

Pero claro, si el poco trabajo que hay lo gestionan las E.T.T.'s y pagan 600 € a un trabajador que paga 400 € de renta o hipoteca, como no se gaste los mocos, ya me contarán cómo se mueve el consumo.

En la Comunidad de Cantabria, el Gobierno ha puesto en marcha una idea que merece ser publicitada.

Han creado un sistema llamado Comercio Cantabria y que funciona de la siguiente manera:

Usted hace una compra y le reintegran el 25% de la compra.

¿Cómo hacen eso?. Voy a explicarlo con un ejemplo:

Usted se compra un colchón en cualquier tienda de las que se han adherido al referido plan.

El colchón le cuesta 600 €.

En ese momento, a usted le generan una tarjeta, como las de crédito, que tiene un saldo de 150 €.

(Realmente lo llaman puntos y son 15.000, pero para entendernos, hablaremos en Euros).

Con esa tarjeta, usted puede ir a cualquier comercio que esté dentro del plan y gastarlos como le dé la gana.

Al mismo tiempo, la compra le volverá a generar el 25% de lo que gaste.

En definitiva, el negocio funciona de la siguiente manera:

El Gobierno de Cantabria ha pedido un crédito de 100 millones de € y cuando se acaben, se acabó. Hasta pedir más.

¿Quién paga éste crédito?. Pues los comerciantes adheridos. Si el crédito lo han conseguido al 3%, los comerciantes estarán encantados de perder ese 3% si con ello consiguen que las ventas aumenten en estos tiempos tan duros para ellos.

Cuando usted hace la primera compra, lo que se está consiguiendo es que usted se obligue a consumir en otro comercio, porque esos puntos-euros si no, no los aprovechará.

Página relacionada: http://www.comerciocantabria.com

Es una manera de mantener un flujo de ventas entre todos los comercios adheridos a la promoción y que me parece una muy buena idea.

Si yo tengo que hacer un gasto obligado, por ejemplo porque se me rompió la lavadora, mejor hacerlo sabiendo que el 25% de ese gasto lo voy a rentabilizar en otra cosa, que hacerlo a "fondo perdido".

No es que Revilla sea Santo de mi devoción, porque le gusta más una foto que a un tontito una tiza verde, pero cuando alguien hace algo bien, lo justo es reconocérselo.

Si usted agarra un diario de Cantabria, de cada 10 páginas, en 4 sale Revilla; inaugurando un colegio, reparando una carretera, en la fiesta del pañuelo o bailando una sardana en la casa de Barcelona en Cantabria o viendo al Racing con bufanda y puro. ¡¡Todo en el mismo día!!.

Debe de tener un fotógrafo a tiempo completo que si no fuera por Revilla, trabajaría menos que el guionista de la Carta de Ajuste.

Pues aún así, se le ocurren ideas a su Gobierno para incentivar el consumo.

Ahora, que se apliquen el cuento Zapatero, Pajín, de la Vega, Rajoy, Bono y todos los demás mediocres que mal-gobiernan ésta Dictadura-Bipartidista-Encubierta, en la cual vivimos y a la que espero, podamos derrocar con nuestros votos en blanco, para que de una vez los chupones, ideólogos sin ideas prácticas, sindicalistas de engorde y demás Pajines, acaben donde se merecen, es decir, en el Limbo del olvido.